A lo largo de la historia definir la vida no ha sido una tarea sencilla pues antes del conocimiento científico y la era de la tecnología, se tenía que recurrir al uso de los sentidos; a la propia percepción del observador, con todos los problemas de subjetividad que pueda conllevar esta. Posteriormente con la llegada de las ideas de grandes pensadores, comenzando con los ilustres Anaximandro y Anaxímenes, la filosofía fue la encargada de su estudio y por consiguiente de definirla y describirla.
Hasta el desarrollo del método científico y con las ciencias como la biología y la bioquímica fue que se pudo entender con más detalle a la vida, aunado a esto los avances técnico-científicos también aportaron un papel central en las investigaciones sobre el tema. Sin embargo, debido a la complejidad del problema aún siguen existiendo ciertas dificultades para definir satisfactoriamente la vida.
Para ayudar en esta problemática se han propuesto una serie de características que cualquier cosa que se pretenda designar como "viva" debe de cumplir, estas son:
La primera condición dice que la vida es compleja, esto lo podemos apreciar observando los diminutos seres unicelulares que, a pesar de parecer simples, en su interior tienen una compleja maquinaria molecular microscópica; en los humanos lo podemos advertir en la complejidad de los órganos y sistemas. Tenemos como ejemplo al sistema nervioso pues aún guarda muchos secretos por descubrir.
A pesar de que la vida es compleja el orden es la segunda de las características que debe cumplir, gracias a ello todos los organismos tanto unicelulares como pluricelulares tienen la capacidad de realizar funciones especializadas. Lo echamos a deber en la agrupación de proteínas dentro de las células, algunas muy específicas suelen formar ribosomas, los cuales a su vez son el sitio donde los aminoácidos se ensamblan para formar más proteínas, las cuales son necesarias para el funcionamiento y la formación celular.
Para llevar a cabo estas funciones se necesita energía y esta es el tercer rasgo de la vida. La forma de adquirir energía en los seres vivos es muy variable, podemos hablar de los conocidos organismos fotosintéticos que obtienen este recurso de la energía lumínica, también de algunas bacterias quimiosintéticas que utilizan la energía química como fuente de esta, e incluso de los organismos heterótrofos que descomponen la materia orgánica producida por los organismos antes mencionados para producir energía a partir de dicha materia.
Con la energía el organismo vivo es capaz de realizar la cuarta singularidad de la vida, el metabolismo. Este se trata de un conjunto de reacciones bioquímicas y cambios físico-químicos que tienen como objetivo la formación de nuevos componentes, así como la degradación de otros que ya no son necesarios, y la transformación y utilización de la energía. Ejemplo de estos hay muchos, desde la digestión que ocurre en organismos pluricelulares hasta el glucolisis o el ciclo de Krebs que ocurre a nivel celular.
Con el metabolismo es posible realizar dos procesos que también son peculiaridades de la vida, uno es el crecimiento, el cual no solo se trata de aumentar el tamaño o el volumen, si no que abarca todas las formas de desarrollo. Este a su vez posibilita al ente vivo la otra característica de la vida, la reproducción que consiste en la capacidad que tiene un organismo de poder perpetuarse en el tiempo mediante la producción de progenie.
Todos estos procesos condicionan una particularidad más de la vida, la adaptación. Esta es la capacidad de un organismo para poder sobrevivir y perdurar en su medio. Se ayuda de otro rasgo de la vida, la irritabilidad, que es la facultad de todo individuo vivo de responder a estímulos tanto internos como externos. Las características adaptativas son por consiguiente producidas gracias a la irritabilidad de los organismos, pues una respuesta apropiada a un estímulo perjudicial, condicionara la supervivencia gracias a la adaptación del organismo.
Todas estas peculiaridades están contenidas en lo que llamare la característica más importante y representativa de la vida, la célula, la cual es definida como la unidad básica de la vida. Tan importante es que no se concibe nada vivo sin que esté formado por células, sin importar si es una la que integra todo el organismo como el caso de las bacterias o es la agrupación de millones lo que lo conforma, como en los seres humanos.
Bibliografía:
1°- Trudy McKee JRM. Bioquímica. Las bases moleculares de la vida. 4 ed. México, D.F.: Mc Graw-Hill; 2009. |
2°- Robert K. Murray PJKDABVWRKMBPAW. Harper Bioquímica Ilustrada. 29 ed. México, D.F.: Mc Graw-Hill; 2013. |
3°- Helena Curtis NSBASAM. Biología. 7 ed. Buenos Aires, Argentina: Médica Panamericana; 2008. |
4°- José Laguna EPGFMMJPPVHRR. Bioquímica de Laguna. 7 ed. México, D.f.: El Manual Moderno; 2013. |
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